Salud de preadolescentes y adolescentes

Los años de la preadolescencia y la adolescencia (de los 11 a los 17 años) pueden conllevar muchos cambios físicos y emocionales para tu hijo. Es por eso por lo que las visitas pediátricas periódicas en este período son tan importantes como lo eran en los primeros años de vida de tu hijo. Analicemos más en detalle las necesidades específicas de tu hijo durante la adolescencia y cómo puedes seguir apoyando su salud y bienestar.

Aspectos básicos del desarrollo adolescente

La adolescencia es una época de transición a la edad adulta. Incluye un rápido desarrollo en el cerebro y el cuerpo.1 Suele ocurrir cuando los niños atraviesan la pubertad, lo que provoca muchos cambios físicos. Estos cambios incluyen cuestiones como el desarrollo de las mamas y el inicio de la menstruación en las niñas, y el cambio de voz y el crecimiento de los órganos sexuales en los niños. Tanto las niñas como los niños suelen presentar etapas de crecimiento rápido y pueden lidiar con afecciones de la piel como el acné.2

También se producen grandes cambios de desarrollo en el cerebro. Y, aunque la capacidad de pensamiento complejo de tu hijo aumenta significativamente, estos cambios cerebrales no ocurren todos al mismo tiempo. Por esta razón, puedes notar cambios de humor, una mayor probabilidad de asumir riesgos y alteraciones del juicio.1 Ten la seguridad de que todo esto es una parte normal del desarrollo adolescente. 

Apoyo a la salud y el bienestar de los preadolescentes y los adolescentes

Como ocurren tantos cambios durante esta etapa de la vida, tu hijo puede sentir muchas emociones. Es posible que se sienta entusiasmado por tener más independencia y estresado por los nuevos desafíos. Comunícate abiertamente y ofrécele un espacio seguro para que comparta sus sentimientos. Estas son otras maneras en las que puedes ayudar a apoyar la salud y el bienestar físico y emocional de tu hijo. 

Prioriza la atención preventiva

Mantenerse al día con las citas periódicas de rutina puede ayudar a tu hijo a mantenerse saludable y detectar cualquier inquietud con mayor anticipación. Las vacunas son una parte importante de estas visitas. Para saber qué esperar en el próximo control de tu hijo, consulta las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) respecto de las vacunas para preadolescentes y adolescentes, entre ellas, la vacuna contra el VPH. También puedes utilizar nuestra lista de verificación de atención preventiva para conocer las pruebas de detección y las vacunas recomendadas según la edad y el sexo de tu hijo. 

Concéntrate en una alimentación sana y en la actividad física

A medida que el cuerpo de tu hijo cambia y crece, anímalo a elegir alimentos saludables y nutritivos, como frutas, vegetales, cereales integrales, proteínas y lácteos bajos en grasa.3 Ayúdalo a comprender cómo estos alimentos alimentan nuestro cuerpo mejor que los alimentos y las bebidas azucarados. También puedes ayudar a tu hijo preadolescente o adolescente a elegir alimentos saludables4 con estas medidas:

  • Proporciónales comidas y refrigerios nutritivos en casa.

  • Enséñales tamaños de porciones apropiados.

  • Sugiéreles formas de elegir opciones saludables cuando salen a comer con amigos.

Mantenerse físicamente activo también es importante. Los CDC recomiendan que los niños hagan 60 minutos o más de actividad física de moderada a intensa cada día. Encuentra actividades que atraigan a tu hijo y lo mantengan interesado, como unirse a un equipo deportivo, andar en bicicleta o caminar. Desarrollar buenos hábitos ahora puede ayudar a tu hijo a mantener un peso saludable, promover el bienestar durante toda la vida y prevenir factores de riesgo para ciertas afecciones de salud.5

Fomenta buenos hábitos de sueño

El sueño desempeña un papel importante en la salud y el bienestar general de tu hijo. Los niños que no duermen lo suficiente corren un mayor riesgo de sufrir problemas de salud y conducta, como obesidad, diabetes, lesiones, mala salud mental y problemas de atención. La American Academy of Sleep Medicine recomienda de 9 a 12 horas de sueño para los niños de 6 a 12 años y de 8 a 10 horas de sueño para los niños de 13 a 18 años.6 Puedes ayudar a mantener buenos hábitos de sueño con las siguientes medidas:

  • Haz que tu hijo se acueste y se levante a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.

  • Limita la exposición a la luz y el uso de tecnología por las noches, lo que incluye no permitir dispositivos en la habitación de tu hijo.6

Habla sobre la salud mental de los adolescentes

Cuando los niños se desarrollan durante la adolescencia, comienzan a crear hábitos sociales y emocionales que pueden afectar su salud mental y su bienestar a largo plazo. Por lo general, los niños se vuelven más independientes y están más expuestos a cuestiones como las redes sociales y la presión de sus pares. También pueden experimentar conductas de riesgo relacionadas con el consumo de sustancias o el sexo.7 Con todos estos cambios, los adolescentes pueden comenzar a tener dificultades asociadas con la salud mental. De hecho, la mitad de todas las afecciones de salud mental comienzan a los 14 años.8

Si notas cambios en la personalidad, el estado de ánimo o la conducta de tu hijo, puede ser una señal de que necesita ayuda.9 Inicia conversaciones sobre la salud mental con honestidad y empatía. Pregúntale a tu hijo adolescente cómo está y tómate en serio sus sentimientos. Crear un espacio seguro y sin prejuicios puede animar a tu hijo a sincerarse.

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