Pruebas de detección y diagnóstico del cáncer de mama

Cuando ves un lazo rosado, ¿piensas automáticamente en el cáncer de mama? Muchas organizaciones han hecho un gran trabajo creando conciencia sobre el tipo de cáncer más frecuente entre las mujeres.1 De hecho, tal vez, conozcas al menos a una persona que haya sido diagnosticada. Puede ser aterrador. Por lo tanto, es importante conocer las formas en que podemos controlar el cuerpo y estar al tanto de nuestra salud. La frase "más vale prevenir que curar" puede parecer cierta cuando se trata de adoptar un enfoque preventivo para detectar el cáncer.

La clave para la detección y el diagnóstico a tiempo es saber qué pruebas y exámenes de detección del cáncer de mama están disponibles y cuál puede ser mejor para ti. Puedes pensar en las pruebas de cáncer de mama de dos maneras: preventivas (antes o sin ningún síntoma) y diagnósticas (después de que se presente un signo o síntoma).

Mamografías

Si bien las mamografías pueden no ser un tema de conversación frecuente, mencionarlo de vez en cuando puede marcar la diferencia. Recordarles a las mujeres importantes de tu vida que se hagan mamografías (o pruebas de detección de cáncer de mama) con regularidad demuestra que te preocupas por su bienestar.

Una mamografía es una radiografía de las mamas que busca cualquier tejido o bulto de apariencia inusual. Puede ayudar a encontrar los primeros signos de cáncer que tú o tu médico, tal vez, no puedan ver o sentir.2 Es una prueba que podrías considerar como cualquier otro control habitual. Una mamografía es un control regular de las mamas.

¿Cuál es la diferencia entre una mamografía de detección y una mamografía de diagnóstico?

Existen dos tipos de mamografías: de detección y de diagnóstico. Después de hablar sobre tus antecedentes médicos y tus factores de riesgo con el médico, este te indicará qué tipo de mamografía debes realizarte.

¿Las mamografías están cubiertas por el seguro?

Las mamografías de detección utilizadas para la atención preventiva, por lo general, están cubiertas por el seguro (de hecho, la mayoría de las pruebas de detección preventivas de cáncer lo están). Sin embargo, como el fin de una mamografía de diagnóstico es diagnosticar, es posible que debas pagar un copago o coseguro, según el plan de seguro.4 Inicia sesión en tu cuenta de miembro para consultar tus beneficios, en especial, los beneficios preventivos, y conocer la cobertura de tu plan para este tipo de prueba de detección.

Examen clínico y autoexamen de las mamas

En tu examen físico anual, verás que tu médico realiza un examen rápido de las mamas. Durante este examen práctico, el médico busca signos de advertencia (como bultos o anomalías en la piel) en las mamas, los pezones, las axilas y la clavícula. Es probable que también revise los ganglios linfáticos cerca de las mamas para asegurarse de que no se hayan agrandado. Si algo no se siente bien, el médico tomará nota y probablemente programe una prueba de diagnóstico, como una mamografía, una ecografía o una imagen por resonancia magnética (IRM).5

Lo más importante que puedes hacer es conocer tu cuerpo y revisarlo con regularidad. Contrólalo una vez al mes sabiendo lo que buscas, y mantén la calma si notas algo nuevo. Ten en cuenta que los fibroadenomas son bultos mamarios no cancerosos frecuentes. Entonces, si notas un pequeño bulto, recuerda mantener la calma. Lleva un diario de los autoexámenes y compártelo con el médico como parte de tu estrategia preventiva general.6, 7

Ecografía e IRM de las mamas

Si surge algo sospechoso durante un examen de mama o una mamografía de detección, es posible que el médico quiera que te realices una ecografía de mama. Este examen genera una imagen más detallada de lo que sucede dentro del tejido mamario. La ecografía muestra si el bulto que se encontró durante el examen es un quiste (generalmente no canceroso), una masa sólida (posible tumor) o un poco de ambos.8

Para algunas mujeres con alto riesgo, una IRM de mama y una mamografía pueden ser la combinación adecuada de pruebas. Se la puede considerar de alto riesgo si tienes el gen asociado con el cáncer de mama, un familiar de primer grado que ha tenido cáncer de mama o si ha recibido radioterapia en el pecho. Una IRM de mama es como cualquier otra IRM, excepto que estarías acostada boca abajo dentro de la máquina de imágenes por resonancia magnética (IRM).9

¿Qué pasa después de un diagnóstico?

Si los resultados de una de las pruebas de diagnóstico confirman un bulto de aspecto sospechoso, el siguiente paso puede ser realizar una biopsia para analizar el tejido mamario en busca de cáncer (es la única forma segura de confirmar un diagnóstico de cáncer preciso). Si esa biopsia resulta positiva para cáncer, puedes comenzar a hablar sobre las opciones de tratamiento y las pruebas de seguimiento con tu médico.10

¿Con quién debo hablar si me preocupa el cáncer de mama?

Cuando cumplas 40, puedes preguntarle a tu proveedor de atención primaria (el médico o proveedor al que podrías consultar para tu examen anual) acerca de las mamografías de detección periódicas que puedes realizarte. O bien, si eres menor de 40 y encontraste algo sospechoso durante un autoexamen, programa una cita con tu médico para hablar de ello. Asegúrate de visitar al proveedor que haya realizado tus exámenes clínicos de las mamas en el pasado, ya sea el médico de atención primaria o el ginecólogo. Según tu edad, tu salud y tus factores de riesgo de cáncer de mama, tú y tu médico pueden decidir los próximos pasos a seguir. Ten en cuenta que no necesitas una autorización del médico para programar una mamografía de detección preventiva. Siéntete capacitada para tomar las decisiones de atención médica más adecuadas para ti y tu cuerpo.11