Señales de que los padres mayores pueden necesitar ayuda


La crianza de los hijos es una función que los padres asumen durante toda la vida para sus hijos. Incluso cuando sus hijos crecen, muchos padres estarán ahí para darles una mano o escucharlos. Pero, a medida que los padres crecen, puede que sea el momento de cambiar de roles. Aunque puede ser complicado saber cuándo ha llegado ese momento.

Es posible que no notes los problemas físicos, mentales o emocionales que tus padres pueden estar padeciendo, especialmente si no los ves ni hablas con ellos con frecuencia. Los adultos mayores pueden debilitarse, enfermarse o deprimirse. Es posible que no puedan hacer recados, ir de compras o cuidar de sí mismos o de su casa como lo hacían antes. Esto puede poner en riesgo su salud y seguridad.1

"Es posible que los hijos adultos solo descubran que hay problemas cuando su ser querido se cae y sufre una lesión grave, por ejemplo", dice Gary Small, MD, director de psiquiatría de Hackensack University Medical Center en Hackensack, New Jersey. Pero nadie quiere esperar hasta que uno de los padres termine en la sala de emergencias para actuar, o hasta que dejen de pagar las facturas y les corten los servicios públicos.

Hablar honesta y abiertamente con tus padres sobre su bienestar puede ayudar a prevenir problemas, señala el Dr. Small. Una buena manera de hacerlo es controlar cómo les va a tus padres en áreas clave de sus vidas. Terry Fulmer, Ph.D., R.N., presidente de The John A. Hartford Foundation en New York City, una fundación dedicada a mejorar la atención de los adultos mayores, llama a estas áreas las 4 M: "what matters", "mobility", "memory" y "medications" (lo que importa, movilidad, memoria y medicamentos).

Podría ser el momento de intervenir si tus padres no pueden moverse por sí solos, no pueden tomar sus medicamentos según las indicaciones, tienen problemas de memoria o problemas para tomar decisiones. También es útil conocer los deseos de tus padres sobre su futuro. De esa manera, todos podrán trabajar juntos para lograr sus objetivos.

Descubre cómo poner en práctica las 4 M para que puedas estar seguro de que tus padres se mantienen seguros y saludables.

Lo más importante: descubre qué es lo más importante para tus padres

El primer paso es descubrir cuáles son los objetivos y preferencias de tus padres, aconseja Fulmer. Normalmente, consiste en quedarse en su casa, añade. Si ese es el caso, ten una conversación honesta con ellos sobre cómo pueden hacerlo sin sacrificar su seguridad.

Qué hacer: Es mejor abordar esto como una colaboración, señala Fulmer. Durante la conversación, explica que tu objetivo es respetar sus deseos tanto como sea posible, agrega Fulmer. "Y, como hijo o cuidador, explícales que estás buscando maneras de mantenerlos seguros", dice. Eso prepara el escenario para las formas específicas en que puedes ayudarlos con las otras 3 M.

Movilidad: controla cómo se mueven

Cada año, 3 millones de personas de 65 años y más reciben tratamiento en la sala de emergencias por fracturas de huesos, fracturas de cadera y otras lesiones relacionadas con caídas. Las dificultades para caminar y mantener el equilibrio, así como la debilidad de la parte inferior del cuerpo, juegan un papel importante en si alguien tiene un mayor riesgo de caerse.2

Para comprobar si tus padres mayores tienen problemas de movilidad, obsérvalos mientras suben y bajan escaleras o entran y salen del auto, sugiere Fulmer. Busca también hematomas u otras marcas, que podrían ser una señal de que están perdiendo el equilibrio, explica el Dr. Small. Observa si cojean, arrastran un pie o caminan de forma inestable.

Qué hacer: "Si observas algún problema en su forma de caminar, es hora de que los revisen", dice el Dr. Small. Ofrécete a acompañarlos a ver a su proveedor para ver qué está pasando, incluso para determinar si podrían tener una afección que dificulte el movimiento, como artritis o enfermedad de Parkinson.

El proveedor puede recomendar acudir a un fisioterapeuta para trabajar en el entrenamiento del equilibrio o utilizar un bastón o un andador. Estas soluciones pueden ayudar a las personas a fortalecerse y tener menos probabilidades de caerse.

Además, ofrécete a hacer algunos cambios en la casa para que sea más segura. Las medidas para protegerlos de las caídas incluyen2:

  • Quitar los elementos que puedan provocar tropiezos, como alfombras y desorden
  • Asegurarte de que haya iluminación suficiente en todos los ambientes
  • Instalar barandas de agarre junto a la ducha y el inodoro
  • Colocar barandillas a ambos lados de cualquier escalera

Memoria: presta atención a los cambios

Todos a veces olvidamos una palabra o un nombre. Pero hay otros signos que pueden aparecer en personas que tienen dificultades con la memoria o las habilidades de pensamiento. Estos incluyen:

  • Repetirse. "A menudo escuchamos a las personas repetir historias o hacer la misma pregunta una y otra vez", explica el Dr. Small.
  • No pagar las facturas. Para detectar esto, ofrécete a recoger su correo para ver si hay avisos vencidos que puedan indicar un problema, sugiere el Dr. Small.
  • Cambios en la comunicación. Pueden tener problemas para seguir una conversación, para encontrar la palabra adecuada u olvidar palabras que ya conocen (como "ducha").
  • Problemas de higiene. Es posible que no presten atención a su apariencia, ya sea por no bañarse o no lavar la ropa. O pueden dejar que la casa se ensucie mucho.

Qué hacer: Programa una cita con el proveedor de atención de tus padres, sugiere el Dr. Small. No todos los deterioros del pensamiento son causados por la demencia. Las infecciones, los efectos secundarios de los medicamentos o la depresión también pueden desencadenar la pérdida de la memoria.3 Un proveedor puede descartar esas causas con un control o derivar a tus padres para que les hagan más pruebas.

Si uno de tus padres tiene demencia o enfermedad de Alzheimer, la intervención temprana puede lograr un mejor resultado, explica el Dr. Small. Hay tratamientos que pueden ayudar a retardar el deterioro o reducir los síntomas, como la pérdida de memoria y la confusión, durante un tiempo limitado. Ralentizar la progresión puede ayudar tanto a los hijos como a los padres a prepararse para un futuro en el que los padres necesitarán más ayuda.4

Medicamentos: presta atención a las señales de alerta

Aproximadamente 1 de cada 3 adultos de 62 a 85 años toma al menos 5 medicamentos recetados.5 Pero algunos de esos medicamentos pueden ser innecesarios o tener efectos secundarios dañinos, señala Fulmer. O bien, la combinación de medicamentos puede estar afectando la salud de tus padres.

Si alguno de tus padres está tomando 5 o más medicamentos (incluidas vitaminas, suplementos y medicamentos de venta libre), haz una verificación rápida para ver si están bien organizados. ¿Tu padre tiene un organizador de píldoras o un documento que indica cuándo tomar cada píldora? ¿Los medicamentos provienen de diferentes proveedores? ¿Tus padres se quejan de mareos o fatiga? Todos estos pueden ser signos de que tus padres necesitan que alguien controle sus medicamentos con ellos.6

Algunos somníferos y antihistamínicos de venta libre pueden causar problemas de memoria, explica el Dr. Small. Otros medicamentos pueden provocar mareos y caídas. Y ciertos medicamentos pueden provocar confusión o alucinaciones.5

Qué hacer: Programa una cita con el proveedor o farmacéutico de tus padres para una revisión de los medicamentos. Trae todos los medicamentos que toman tus padres (incluidas vitaminas, suplementos y medicamentos de venta libre). El proveedor o el farmacéutico pueden revisarlos para verificar si un solo medicamento o una combinación de ellos puede estar causando efectos secundarios dañinos. También pueden informarte si más de un proveedor les receta medicamentos. Siempre es mejor que tus padres compartan todos sus medicamentos con cada proveedor que vean. De esa manera, los médicos saben lo que ya están tomando, antes de decidir si recetarles o no un nuevo medicamento. 

Hablar con tus padres mayores sobre cualquier problema que tengan puede ser difícil. La clave para tener esas conversaciones difíciles es la empatía, explica el Dr. Small. Diles a tus padres que tu objetivo es que sigan viviendo en casa, pero de manera segura.

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