Ayuda a un ser querido a adaptarse a la residencia para personas mayores


¿Ha llegado el momento de un centro de residencia asistida? A medida que tu ser querido envejece, esta es una pregunta que muchos cuidadores pueden hacerse. Es una transición común para las personas mayores. Hay 1.2 millones de adultos estadounidenses mayores de 65 años que viven en una residencia para personas mayores.1 Otras 800,000 personas viven en centros de residencia asistida. Esto significa que todavía viven de forma independiente, pero necesitan ayuda con las actividades cotidianas, como bañarse o desplazarse.2

Si uno de tus padres u otro ser querido tiene que mudarse a un centro de atención para personas mayores, puede ser difícil. También puede implicar muchas decisiones y planificación.

"Puede ser un verdadero cambio, tanto para tu ser querido como para ti, como cuidador", afirma Alyssa M. Lanzi, Ph.D., profesora adjunta de investigación y miembro del comité ejecutivo de Delaware Center for Cognitive Aging Research de University of Delaware en Newark.

El proceso puede ser complejo, pero hay maneras de facilitar la transición. Ten en cuenta estos 6 consejos de expertos en cuidado.

1. Introduce la idea con tiempo

"Lo ideal sería plantear el concepto de la residencia asistida mientras tu ser querido todavía puede vivir de forma independiente", dice Lanzi. "No conviene esperar hasta que suceda algo malo, como una caída, y luego tener que tener esta conversación mientras están en transición".

Es mejor sentarse con tu ser querido para tener esta conversación meses (o incluso años) antes de que necesite mudarse a un centro de atención para personas mayores. El objetivo es tener una idea de dónde les gustaría vivir (y cuánto pueden permitirse) si se convierte en una necesidad.

Prepárate para abordar los miedos y preocupaciones de tu ser querido. "Muchos adultos mayores escuchan las palabras 'centro de residencia asistida' y suponen que significa que estarán encerrados y no podrán salir", dice Lanzi. Tu ser querido también puede expresar resentimiento si esperaba que le ofrecieran vivir con un miembro de la familia. Este gran cambio de vida puede provocar diferentes reacciones emocionales. Ten paciencia al iniciar estas conversaciones.

2. Recorran el proceso juntos

Es una buena idea visitar diferentes centros que estén dentro del presupuesto de tu ser querido después de haber tenido esa primera conversación. Esto ayudará a tus padres o seres queridos a darse cuenta de que pasar a un centro de residencia asistida no significa perder su libertad.

"Visitar juntos el centro elegido antes de que tu ser querido se mude puede ayudarte a sentir mayor comodidad", explica Megan Carnarius, RN, fundadora de Memory Care Consulting en Boulder, Colorado. Asistan a un evento especial que esté organizando el centro o vayan simplemente para comer juntos.

"Aumenta gradualmente el tiempo para que se familiaricen más", aconseja Carnarius. Si es posible, consulta si pueden hacer lo que se llama una 'estadía de relevo', en la que duermen una noche en el centro. "El personal puede responder con entusiasmo y calidez cuando se quedan a pasar la noche, de modo que es una especie de entrenamiento", explica.

3. Empaca con tu ser querido

Lo más probable es que tu ser querido esté viviendo con años de objetos preciados. Puede resultarle difícil decidir qué quiere llevar consigo.

Ayuda a tu ser querido a clasificar sus objetos. "Puedes dividirlos en 3 categorías", sugiere Diane Carbo, R.N., capacitadora de cuidadores en Myrtle Beach, South Carolina. Entre estos servicios, se incluyen los siguientes:

  • Lo que quieren conservar
  • Lo que tiene valor sentimental y debe destinarse a los familiares
  • Lo que se puede donar o tirar

Si es posible, intenta que se lleve consigo un par de muebles que tengan valor sentimental. Puede ser un sillón cómodo favorito o un gabinete que estuvo en la familia durante décadas, explica Carnarius. Las fotografías de los seres queridos, como los queridos nietos, también son imprescindibles.  

4. Crea un cronograma de comunicación

Un cronograma ayudará a establecer expectativas claras sobre cuándo estarás en contacto, señala Lanzi. "Fija horarios específicos para llamadas y visitas. Por ejemplo, puedes llamar todas las mañanas a las 9 a. m. y visitar a tu ser querido los martes y miércoles por la tarde", dice.

Anota el cronograma para tu ser querido. También puede ser útil grabar un mensaje en su teléfono o tableta. En el mensaje, indícale cuándo lo visitarás, para que el personal pueda reproducirlo si tu ser querido se confunde o lo olvida. "Tienes que ser un actor de reparto, no el protagonista", subraya Lanzi.

Durante los primeros meses de la transición de tu ser querido, pide a tus amigos y familiares que hagan un esfuerzo adicional para llamar y visitarlo con regularidad. Incluso si se trata de una llamada virtual de 20 minutos, tener tiempo para conectarse con caras conocidas puede ayudar a tu ser querido a adaptarse a su nuevo espacio.

5. Facilita las nuevas relaciones

Si tu ser querido no es bueno para conocer gente, ayúdalo. En todas las etapas de la vida habrá personas sociables, incluso en los centros de atención para personas mayores. Busca este tipo de persona y hazle saber que tu ser querido es nuevo allí y que desea conocer gente.

"A menudo, el centro tiene residentes que actúan como embajadores, y esta es una excelente manera de conocer gente", dice Carnarius. Si el centro tiene un programa diurno para adultos, puedes llevar a tu ser querido algunas veces para que conozca a los otros residentes.

Anima a tu ser querido a participar lo más posible en eventos y actividades. Incluso si tiene limitaciones en ciertos aspectos, hay cosas que puede hacer para tener una sensación de propósito, como ofrecerse a ayudar al personal con tareas sencillas. "Todo el mundo necesita sentirse ocupado y activo, aunque solo sea doblando toallas con las enfermeras", dice Carbo.

También es recomendable que te pongas en contacto con el director de actividades del centro para informarle qué tipo de pasatiempos le gustan a tu ser querido. De esa manera, el personal del centro puede alentar a tu ser querido a participar en ciertas actividades que sabe que disfrutará.

6. Prepárate para preguntas y conversaciones prolongadas

Si tienes hijos, es posible que hayas recibido cartas nostálgicas de ellos en el campamento de verano, pidiéndote volver a casa. Prepárate para el mismo tipo de comunicación por parte de tu ser querido mayor. Recordarle todas las formas en que este cambio beneficia su salud y bienestar puede ayudar a facilitar la transición. Por ejemplo, podrías explicar que tu ser querido necesita rehabilitación para mejorar la fuerza y el equilibrio, o para recuperarse de una lesión. Si tu ser querido sabe que necesita ayuda, es posible que tenga una mentalidad más abierta ante este cambio.

Sin embargo, es posible que no tenga esa idea o que no se dé cuenta de cuánto estás haciendo por él. Y es posible que no esté de acuerdo cuando intentes señalarlo. Si ese es el caso, es mejor tener una razón que no sea solo entre ustedes 2, señala Carnarius.

Puedes recordarle por qué su proveedor cree que es importante dar este paso. (O, mejor aún, haz que tu proveedor se lo informe a tu ser querido durante una cita). Muchos adultos mayores respetan y confían en la opinión de su proveedor. Saber que su médico recomienda este cambio podría ayudar a disminuir los sentimientos de resentimiento hacia los miembros de la familia.

Si un ser querido llama diciendo que no le gusta estar en el centro, es posible que sientas cierta culpa como cuidador. Tienes que saber que esto es normal. En estos momentos, es importante recordar que tu ser querido está ahí para recibir la atención que necesita.

En resumen: Cuando un padre o un ser querido ingresa a un centro de atención para personas mayores, habrá un período de adaptación. Puede resultar difícil para ambos. Puede que lleve algún tiempo, pero, con suerte, una vez que se sienta más cómodos y conozca gente nueva, podrá prosperar en sus nuevas condiciones de vida.

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