6 consejos sobre cómo los miembros de la familia pueden compartir las tareas de cuidado


El cuidado de un familiar puede tener sus desafíos. Puede resultar difícil lidiar con las responsabilidades de cuidar a los demás mientras trabajas y te cuidas a ti mismo. Pero también tiene sus recompensas. Según un informe de AARP y National Alliance for Caregiving, el 51 % de los cuidadores siente que su rol les da un sentido de propósito o significado.1

Una manera de sentirte menos solo y estresado es compartir las tareas de cuidado con familiares. La clave es hacerlo de forma que se impulse el trabajo en equipo.

Sigue leyendo para descubrir 6 maneras en que puedes trabajar con los otros cuidadores familiares de tu equipo, ya sea que tú seas el cuidador principal o el que colabora de vez en cuando.

1. Concéntrate en las principales necesidades

Cuando los hermanos y otros familiares hablan sobre el cuidado de sus padres u otros seres queridos, es importante tener en cuenta el panorama general, explica Susan J. Ryan, asesora de cuidado familiar de Naples, Florida. Sugiere comenzar con estas preguntas:

  • ¿Qué es lo mejor para nuestros seres queridos?
  • ¿Cuáles son las cosas más importantes que nuestros seres queridos necesitan en este momento?
  • ¿Qué necesitarán nuestros seres queridos en el futuro?
  • ¿Cuáles son las opciones más seguras y sensatas?
  • ¿Qué cosas podemos hacer nosotros mismos?
  • ¿Cuándo necesitaremos ayuda externa?

Las necesidades pueden cambiar, así que revisa estas preguntas periódicamente, sugiere Ryan. Y revísalas especialmente si ha habido algún evento significativo, como un nuevo diagnóstico.

2. Reconoce tus diferencias

"Cada miembro de la familia tiene su propia relación con el o los seres queridos", dice Ryan. "Ellos también tienen su propia personalidad. Tienen cosas con las que se sienten cómodos y cosas con las que no se sienten cómodos". Por ejemplo, es posible que un miembro de tu familia no se sienta cómodo siendo el cuidador personal, pero no tenga problemas para encargarse de todas las necesidades médicas.

Aceptar estas diferencias, en lugar de juzgarlas, hace que sea más fácil trabajar juntos en pos de un objetivo común, explica Ryan, que fue cuidadora por 40 años. En los casos en que un miembro de la familia (o alguien ajeno a la familia) haya sido designado como apoderado, es posible que algunas de esas responsabilidades ya estén claramente divididas.

3. Anota el plan de cuidados

Es importante tener una conversación en grupo. Pero es igualmente importante crear un documento por escrito, aconseja Kimberly Whiter, Ed.D., directora ejecutiva de Elder Care Solutions, una compañía de educación sobre cuidados con sede en Roanoke, Virginia. Estos contratos de cuidado familiar, como los llama Whiter, deben incluir:

  • La situación actual y las necesidades de tu ser querido
  • La información médica de tu ser querido (nombre e información de contacto del médico, nombre de la farmacia, lista de medicamentos, detalles de directivas anticipadas, dónde se guardan los formularios importantes)
  • Lo que cada miembro de la familia es capaz y está dispuesto a aportar
  • Próximos pasos en caso de cambios esperados o inesperados

Aclarar y anotar lo que cada uno va a hacer ayuda a establecer expectativas compartidas y evitar malentendidos, explica Whiter. Esto es especialmente útil para el hermano o pariente que se convierte en el cuidador principal.  

"Para el cuidador principal, da la tranquilidad de que no tiene que hacer absolutamente todo por sí mismo", dice Whiter. También está bien hacer cambios en el contrato familiar. "Simplemente significa 'ajustemos el plan'. No 'vamos a abandonarlo'", dice Whiter.

Una forma de hacerlo es revisarlo periódicamente, sugiere Ryan. De esa manera, a medida que cambian las necesidades de atención, todos pueden trabajar juntos para encontrar una solución y evitar el resentimiento.

4. Aprovecha las fortalezas de cada miembro de la familia

El cuidado puede abordar muchos aspectos diferentes de la vida de tus seres queridos, incluidas las necesidades físicas, emocionales y financieras. Una manera de identificar responsabilidades es pensar en las fortalezas y limitaciones de cada hermano o familiar.2

Alguien que vive fuera de la ciudad y no puede viajar con frecuencia puede ayudar a sus seres queridos resolviendo reclamaciones de seguros. Un miembro de la familia que tiene hijos pequeños puede entregar comidas los fines de semana. Cuando los familiares que viven fuera de la ciudad los visitan, pueden brindar cuidados de relevo a los que viven cerca, especialmente al cuidador principal.

5. Busca ayuda externa

A veces nadie de la familia se siente cómodo ayudando a bañar a su ser querido ni puede hacerle compañía durante todo el día. Para esas brechas en la atención, piensa en alguien fuera del círculo familiar inmediato. Esta persona puede ser ayuda contratada, un familiar político o voluntarios que puedan sentarse con un pariente anciano o hacer recados. Incluso puedes buscar programas diurnos que ofrezcan socialización y actividades para adultos mayores.

Una manera de encontrar ayuda contratada o voluntaria es comunicarte con una agencia local donde vives, sugiere Whiter. Todos los estados tienen agencias locales y regionales para el envejecimiento, que pueden ser agencias públicas o privadas sin fines de lucro, para brindar servicios a los adultos mayores. Encuéntralas consultando la herramienta Eldercare Locator de la Administración sobre el Envejecimiento de EE. UU.3

Otras maneras de encontrar ayuda contratada incluyen acudir a una agencia o centro de personal, o simplemente preguntar en aplicaciones comunitarias o foros en línea, en un lugar de culto o en centros locales para personas mayores.4 (Solo asegúrate de que el cuidador haya sido aprobado y no tenga antecedentes de abuso). Para calcular el costo de la ayuda a domicilio contratada en tu área, visita la calculadora de costos de atención a largo plazo de AARP.5

6. Conéctate más allá de tus funciones de cuidador

El cuidado puede ser intenso y omnipresente, dice Whiter. "Fácilmente puede convertirse en una situación en la que todas las interacciones con los familiares y seres queridos giren en torno al cuidado", afirma.

Para contrarrestar ese efecto, sugiere tomarte el tiempo para conectarte con otras áreas de tu vida. Por ejemplo, dedica algún tiempo a recordar la infancia o intercambiar sugerencias de programas de televisión dignos de un atracón. Conectarte con todos los miembros de la familia de esta manera puede hacer que sea más fácil sentirte parte de un equipo de cuidado.

Al tomar decisiones sobre el cuidado familiar, concéntrate en el amor y piensa desde el corazón, aconseja Whiter. Ten presente el objetivo compartido. Todos quieren tomar las mejores decisiones posibles, para que el ser querido reciba los mejores cuidados.

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